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No subestimes el poder de la cultura empresarial. Sigue siendo tan importante como siempre. La cultura empresarial va más allá de los buenos momentos y las 'happy hours'; es la razón por la que los empleados siguen apareciendo todos los días.

Por Daniel Todd

Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales

jacoblund | Getty Images

Si tienes suerte, tienes un amigo con el que hablas durante horas por teléfono. Y después de cada conversación, te quedas con 25 nuevas ideas para poner una startup y la energía para correr un maratón.

Imagina si pudiéramos llenar nuestras empresas con personas que nos brinden esa misma energía. ¿Y si nos sintiéramos emocionados de ir a trabajar mañana porque significa que vamos a hablar y a aprender de nuestros compañeros de trabajo? Suena bastante idílico, pero ¿cómo lo logramos?

Construir empresas con empleados comprometidos y emocionados de ir a trabajar todos los días requiere que invitemos a la fiesta a las personas indicadas y que contratemos pensando en el ajuste cultural.

¿Qué es el "ajuste cultural" y por qué es tan importante?

Ajuste cultural significa contratar empleados que se alineen con los valores y comportamientos colectivos de nuestra organización. Un metaanálisis muestra que los empleados que encajan bien con su organización, colegas y gerentes disfrutan de una mayor satisfacción laboral, parecen más comprometidos con la empresa y muestran un rendimiento laboral superior. Por otro lado, un ajuste cultural desacertado puede costar a las organizaciones entre el 50 y el 60% del salario anual de un empleado.

Evitar esta discrepancia significa que debemos contratar teniendo en cuenta la cultura, asegurándonos de que cada empleado que se une al equipo esté al tanto y emocionado de pertenecer a la cultura de nuestra empresa. Recientemente, contratamos a un empleado que decidió salir de su retiro para unirse a nuestra compañía, específicamente porque estaba muy emocionado por la cultura que cultivamos. Su entusiasmo por nuestro trabajo ha sido contagioso, haciendo que los problemas parezcan menos abrumadores y las ambiciosas metas que compartimos menos inalcanzables.

Quiero que cada empleado que contratemos traiga esta emoción a la cultura a la que se está uniendo, inspirando a otros a participar y trayendo al trabajo la mejor versión de sí mismo. Una encuesta de PWC de 2021 demostró aún más los efectos positivos de contratar por medio del ajuste cultural: el 72% de los encuestados dijo que la cultura contribuyó al éxito de las iniciativas de cambio y el 69% dijo que la cultura proporcionaba una ventaja competitiva. Contratar empleados con la cultura en mente no es solo un agregado de "bienestar" a nuestro trabajo, sino un elemento esencial para el éxito de nuestras empresas.

¿Qué hacer si un empleado no encaja en la cultura?

A veces, cometeremos errores al contratar, entonces, ¿qué debemos hacer si un recién contratado no encaja en la cultura? A menudo, el sentimiento suele ser mutuo si hay una discrepancia en los valores. Un empleado que no siente que encaje puede dejar la organización. Sin embargo, si no lo hace, debemos intentar todo lo posible para asegurarnos de que pueda tener éxito a largo plazo:

1. Consigue una segunda opinión

  • Si sentimos que un empleado no encaja en nuestra cultura/valores, debemos obtener comentarios de otros en la organización para asegurarnos de no depender de nuestra propia opinión (potencialmente sesgada).

2. Considera si están batallando debido a una falta de capacitación o a expectativas poco claras.

  • ¿Nuestras acciones (o falta de ellas) han hecho que su trabajo sea más desafiante? Establece líneas claras de comunicación y proporciona más capacitación si es necesario.

3. Brinda a tus empleados todas las oportunidades para tener éxito.

  • Trabaja con ellos y con tu gerente para establecer objetivos y pautas claras sobre lo que se espera que entreguen y cuándo. Si la persona no cumple con las expectativas establecidas, no es solo una cuestión de ajuste cultural sino también de rendimiento.

4. Dales una última oportunidad.

  • Antes de dejar que alguien se vaya, yo les doy dos opciones: recibir una indemnización de seis semanas ahora o quedarse por seis semanas más y hacer mejoras en XYZ. Si no hacen esas mejoras en seis semanas, los dejaremos ir con dos semanas de indemnización.

Como líderes, debemos asumir la responsabilidad del éxito de cada contratación, lo que significa brindarles todas las oportunidades para mejorar, crecer y prosperar en nuestra empresa. Pero hay una línea delgada entre brindarle a alguien una oportunidad y darle a alguien un pase gratis. Si alguien no está trabajando en nuestra empresa, debemos intervenir antes de que sus acciones afecten a otros y degraden la moral.

La adaptación cultural requiere de claridad

Al final del día, para encontrar empleados que ayuden a la adaptación cultural, necesitamos definir claramente cuál es nuestra cultura.

Esto comienza mirando hacia adentro. Pregúntate: "¿Qué tipo de empresa quiero liderar? ¿Qué adjetivos quiero que vengan a la mente de las personas cuando piensen en esta compañía?" A partir de ahí, pregunta a tus empleados: "¿De qué quieren más o menos?" y "¿Qué les emociona de venir a trabajar cada día?" Una vez que hayas establecido respuestas a estas preguntas, contrata teniendo estos valores en primer plano. Si tú y tus empleados valoran la colaboración, el trabajo en equipo y la construcción de relaciones, es posible que el ansioso ingeniero que quiere convertirse en el próximo Elon Musk no sea la elección correcta para tu empresa. Esto puede significar que tengas que renunciar a un ingeniero talentoso, pero también podría significar que obtendrás un empleado con el que otros querrán trabajar, un empleado que probablemente será más leal a tu empresa a largo plazo.

Más que la suma de nuestras partes

Las empresas son organismos vivos con cada célula, hueso y músculo trabajando juntos para crear un todo saludable y feliz. Cuando un hueso está roto no podemos funcionar de manera óptima. Necesitamos que todas las partes funcionen juntas, desde nuestras cabezas hasta nuestros pies, para alcanzar nuestro máximo potencial; lo mismo sucede con los empleados que conforman nuestras empresas.

Es importante reconocer que lo que hace una gran cultura puede variar de persona a persona, y no hay una solución única para todos. Es esencial que los líderes establezcan una cultura que se alinee con sus valores, creencias y estilo, y luego se aseguren de que cada empleado que trabaja dentro de ella se sienta cómodo, valorado y empoderado para contribuir con sus perspectivas y talentos únicos.

Cuando esto sucede, cada empleado se convierte en algo más que la suma de sus partes: ya no es solo un brazo o una pierna, sino un organismo vivo y respirando que trabaja en conjunto para dar otro paso hacia adelante.
Daniel Todd

Entrepreneur Leadership Network® Contributor

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